Y sip, tuve la súper suerte de que me programaran para una mesa en el coloquio del Foto Museo de Cuatro Caminos: "De cuerpo presente: Discusiones en torno a la muerte en la imagen” (foto rateada vilmente de el Twitter del Foto Museo)
Pa los que les interese echarle un ojito, acá va:
“Así,
frente a la muerte hay dos actitudes: una, hacia adelante, que la concibe como
creación; otra, de regreso, que se expresa como fascinación ante la nada o como
nostalgia del limbo. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar la
vida”.
-Octavio Paz, El laberinto de la soledad.–
La representación siempre ha sido un intento
del ser humano de comprender lo que le rodea. La realidad multidimensional y
compleja hace que en este caos de tiempos y espacios, busquemos siempre una
razón o una dirección, la cual nos otorga una especie de asidero para poder
navegar sobre lo cotidiano.
Uno
de los fenómenos más contundentes en esta búsqueda del sentido en el día a día,
es indudablemente la muerte. Entendemos la vida como algo que se experimenta
minuto a minuto, hora tras hora, día con día, pero es la muerte, esa gran
pregunta sobre la cual solo podemos proyectarnos en cuanto al otro, ese otro
muerto, ausente, el que arroja más ambigüedades que certezas acerca de qué es
“lo que sigue”.
En
este texto abordaremos el cuerpo muerto no solo por su carácter de gran
interrogante, sino por su contundencia como signo visual en la fotografía
mexicana.
El
principio del Siglo XX, fue detonador de grandes avances en la ciencia y las
artes y a su vez, escenario de autores que arrojarían nuevas maneras de
entender la “realidad”. Uno de estos autores, Charles Sanders Peirce, fue un
filósofo lógico y científico estadounidense nacido en 1839, considerado ahora
como el fundador del pragmatismo y el padre de la semiótica moderna.
Sus
escritos plantean el uso de los signos como herramienta no solo comunicativa,
sino de construcción mental de la realidad. Para Pierce el signo es “algo que está para alguien en lugar de otra
cosa en algún aspecto o carácter”, es decir, el signo es un elemento de
abstracción, que está sustituyendo a un
objeto, sujeto o fenómeno de la realidad en la mente de una persona. Entendido
esto, sabemos entonces que los signos generan operaciones intelectuales en las
cuales, no solo se substituye lo real por una noción, sino que también estos
signos se correlacionan entre si, constituyendo lenguaje y contexto.
(
1.
Anónimo. "Niepce.
"www.bifurcaciones.cl. 2015. Bifurcaciones. Abr.2016
http://www.bifurcaciones.cl/bifurcaciones/wp-content/uploads/2015/06/niepce.png.)
Un
poco antes del nacimiento de Pierce, en 1826 Nicéphore Niépce realiza la
primera imagen fotosensible –heliografía-, intentando reflejar la realidad.
Este intento que pareciera ser a todas luces “inocente” arrojaría sobre la mesa
una discusión hasta nuestros días vigente: La crisis de la representación.
Esta
crisis de la representación pone en juego no solo a la imagen fotográfica, sino
a sus diversos niveles discursivos, bajo el entendimiento de que la imagen
fotográfica puede ser no solo un fragmento de la realidad, sino un discurso
construido sobre lo que comprendemos de ella.
1.1 El cuerpo
muerto como recuerdo.
Para Pierce el Icono es una
representación mental – un signo- que guarda una relación de semejanza , con el objeto que representa. La relación con
aquello a lo que se refiere es directa y sus cualidades son similares a las
características del objeto.
La fotografía post mortem es heredera directa del memento mori y las monjas coronadas y es
aquella donde se busca registrar a un fallecido en específico. No busca las razones de la muerte, ni el
contenido simbólico de esta; busca ante todo la copia fiel del cuerpo
específico, de la persona exacta que abandona por siempre cierto tiempo y lugar
y es ,ante todo, la imagen del momento último, de la desaparición de la
presencia.
-->
(
2.
Anónimo. "México a través de la fotografía.
"munal.gob.mx. 2013. Museo Nacional del Arte. 2016 http://munal.mx/micrositios/fotografia/?p=1&s=2.)
Es, en particular, el
género más fiel en cuanto a la idea primera de la fotografía como copia exacta
de lo real, de la intención de cristalizar y perpetuar el aquí y el ahora.
La fotografía post mortem aparece casi como una
consecuencia lógica de la creación de la imagen fotográfica; en ella el difunto
es capturado por última vez, ya sea solo o con familiares o amigos, pero siempre con la inocencia de la intención
primera de atrapar a ese que ya no está. No existe el morbo, sino que se ve al
cuerpo inerte con un dejo romántico, como la unión entre el amor y la muerte
para trascender a lo infinito.
(3.
PurosHuesos. "FOTOS DE NIÑOS
MUERTOS EN EL MÉXICO ANTIGUO: EL RITUAL DE LA MUERTE NIÑA II .
"munal.gob.mx. 2015. Blogger. 2016 http://puroshuesos.blogspot.mx/2015/10/fotos-de-ninos-muertos-en-mexico-el.html.)
Para la mirada
contemporánea puede parecer esto un absurdo, pero hay que recordar que en los
principios de la fotografía eran pocas las situaciones en las cuales se podía
capturar en medios físicos la imagen del ser amado: Solo en las ocasiones que
celebran el amor, la muerte o la proyección de los mismos como un todo es donde
se podía ser fotografiado. De ahí que tampoco los deudos lloran o se ven
tristes, ya que para ellos, esa imagen es y será siempre testimonio del eterno
ciclo de la vida.
(
4. Raul Gutierrez. "Romualdo García.
"http://www.mexicanpictures.com. 2017. Heading East. 2016
http://www.mexicanpictures.com/headingeast/2007/02/romualdo-garcia.html.)
Gracias al trabajo de
fotógrafos como Juan de Dios Machaín y Romualdo García podemos atestiguar estos
actos nemotécnicos y mirar estos cuerpos que por momentos parecen estar
inmersos en un sueño del que, sabemos, jamás regresarán. (foto 5)
Paralelamente a estos
cuerpos plácidos e inertes, tenemos también a los cuerpos violentados. los
retratos de famosos ajusticiados o caídos en batalla, como los retratos de
Maximiliano de Habsburgo, Emiliano Zapata, Pascual Orozco o Pancho Villa son
recuerdos dolorosos de sujetos históricos cuyas vidas acabaron de trágica
manera, volviéndose representativos de otras muchas muertes anónimas.
(
Alejandro Rosas Robles. "Maximiliano
Habsburgo. "Letras Libres. 2000. Editorial Vuelta. 2016 http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/reliquias.)
1.2 El cuerpo
muerto como huella.
Lo que Pierce denomina
imagen indéxica: Esta es la que guarda relación de continuidad, o de
causa-efecto con los objetos que representa. Su aplicación a la fotografía, se
manifiesta de manera clara sobre todo cuando hablamos de fotografía forense.
Es a finales del siglo
XIX, cuando en Bélgica y Dinamarca se presentan los primeros antecedentes de la
fotografía como herramienta que coadyuva a develar la verdad. Es en los últimos
años de este siglo que los procedimientos policiales empiezan a involucrar
mucho más a la ciencia y a los inventos tecnológicos, con el afán de buscar la
imagen forense precisa y real. Después de un tiempo Alphonse Bertillon logra
ser el primero en recrear una escena del crimen utilizando la imagen
fotográfica. Bertillon registró diversos ángulos de los cuerpos y los objetos
en la escena y su enfoque metodológico trajo consigo grandes avances en el
campo de la ciencia forense.
(
Anonimo. "The Bertillon system.
"Visible Proofs. 2014. National Institutes of Health. 2016 https://www.nlm.nih.gov/visibleproofs/galleries/technologies/bertillon.html.)
En 1893 que por
influencia de Bertillon, Ignacio Fernández Ortigosa instaura en México los
primeros avances de la fotografía forense. La que se seguirá desarrollando
hasta nuestros días, donde ahora en un contexto convulsionado y difícil toma un
papel especial.
La fotografía como
herramienta de veracidad, como huella comprobable, verificable, toma uno de sus
sentidos más claros y contundentes en el ámbito de la muerte. A este tipo de
imagen no le importa tener un discurso emocional o simbólico per se, solo se interesa por demostrar
hechos de la manera más objetiva posible. Y es ahí donde podemos reconocerla
como uno de los más fieles géneros a la idea de la imagen fotográfica como
invento tecnológico al servicio de la ciencia, como un testigo imparcial y
veraz de la muerte.
(
Marisol Romo Mellid. "Un caso
macabro. "solromo.com. 2009. solromo.com. 2016 http://www.solromo.com/images/encorto/destacadas/trotsky.jpg.)
En los casos del apartado judicial del archivo Casasola podemos
atestiguar como este tipo de representación visual va sofisticándose y
articulándose de manera que el cuerpo se vuelve solo una excusa para demostrar
la recreación de lo real. El cuerpo ya no es persona; es suceso y lugar, es
medida y cifra que nos devuelve al detalle exacto con toda fidelidad.
(
Anonimo. "Médico forense revisando el
cadáver de una mujer. "Pinterest. 2016. Pinterest. 2016 https://www.pinterest.com/pin/463448617878073372/.)
Ahora, en los inicios de
el siglo XXI, es cuando la fotografía forense se encuentra en un punto delicado:
su lugar como cuestionadora de “verdades históricas”, la pone en una situación
difícil: la de ser intermediaria entre la retórica política y los hechos verídicos.
( Notimundo. " Ex agente municipal agresor de normalista desollado en Iguala. "Notimundo. 2015. Notimundo. 2016 http://notimundo.com.mx/wp-content/uploads/2015/02/Ex-agente-municipal-agresor-de-normalista-desollado-en-Iguala.jpg)
--> ( Notimundo. " Ex agente municipal agresor de normalista desollado en Iguala. "Notimundo. 2015. Notimundo. 2016 http://notimundo.com.mx/wp-content/uploads/2015/02/Ex-agente-municipal-agresor-de-normalista-desollado-en-Iguala.jpg)
1.3 El cuerpo
muerto como reflexión artística.
Para Pierce el símbolo existe
en una relación arbitraria entre el signo y objeto, esto quiere decir que hay
una convención social entre estos dos. Lo que hace que la fotografía autoral de
muertos sea algo “más allá” que la mera copia del original o su causa y efecto.
Rainer Maria Rilke define
a la belleza como “el comienzo de lo terrible que podemos
soportar” y no hay ejemplo mejor de esto que la fotografía de muerte de autores
como Enrique Metinides y Fernando Brito:
su antecedente histórico más obvio es la pieza “Obrero muerto asesinado” de
Álvarez Bravo o la fotografía policiaca de la cual el mismo Metinides es
pionero. En estas imágenes el cuerpo muerto es puntual y traumático, no hay
lugar a la ambigüedad, pero es el tratamiento visual el que apunta una nueva
manera de ver la muerte más allá de la aversión que nos presenta: la relación
entre lo bello y lo siniestro.
(
Doctor Zito. " Zitius, Altius,
Fortius. Inicio La sangre de los maniquíes. "Doctor Zito. 2010. Wordpress.
2016 https://drzito.files.wordpress.com/2010/10/obrero.jpg.)
En una entrevista
Metinides comenta acerca de su manera de trabajar la imagen a color:
“Cuando salimos a
color, en 1972, lo primero que me dijeron a mí fue: ni una gota de sangre ni
retrates cadáveres, no se van a publicar, y no se publicaban; si salía un
cadáver era con una sábana encima o nomás que se le viera una parte, ahí fue
donde yo empecé a tirarme al suelo y retrataba el zapato y el cuerpo al fondo o
la mano y que se viera otro tipo de foto; el cadáver cubierto y la policía
atrás, que se viera que estaban tomando datos, posaban para mí, entonces, la
foto quedaba espectacular, porque no se veía el cadáver, pero ahí estaba…” [1]
(Anónimo. "El hombre que vio
demasiado: Enrique Metinides, 70 años de trayectoria. Foto Museo 4 Caminos. .
"Vice.com. 2016. VICE. 2016 http://www.vice.com/es_mx/video/enrique-metinides.)
Para entender la
relación de la foto con lo macabro hay que transcender las nociones del miedo y
la repulsión y entender lo siniestro como eso que siempre se reserva algo más,
lo que tiene un aura de misterio o es que de golpe nos revela eso que nos daña.
Para que algo se
revele como siniestro es indispensable que no se debe dar todo de golpe, sino
que debe dejarse al receptor el trabajo de develar aquello que es terrible y
por lo tanto se esconde. Una forma potente pero sutil del horror. En este sentido
la fotografía narrativa de cadáveres es más cercana al tratamiento
pictorialista de la imagen como discurso simbólico: no importa el parecido, ni
el hecho real, sino lo que la imagen nos evoca en cuanto a nociones más allá de
lo terreno.
Y si bien Metinides
es el primer fotógrafo mexicano que se encarga de abordar tal terrible sutileza
por medio de su trabajo donde la muerte muchas veces se sugiere, es con
Fernando Brito que este discurso se potencia. Sobre esto el autor nos comenta:
“todas las imágenes
muestran una realidad trágica y sin embargo muchas de ellas tienen algo de
poético”.[2]
Las imágenes tanto de
Metinides, como de Brito nos alejan del trauma, de la imagen gráfica, de la
herida contundente y nos llevan a un campo donde la belleza es puerta para
entender la muerte, donde la idea del fin es también el principio: el infinito.
(Anónimo. "FERNANDO BRITO EXPONE EN MADRID Más información: http://cuartoscuro.com.mx/2013/06/fernando-brito-expone-en-madrid. "http://cuartoscuro.com.mx/. 2016. Cuartoscuro. 2016 http://cuartoscuro.com.mx/wp-content/uploads/2013/06/file_1335_2349.jpg.)
El trabajo de estos autores es importante no solo por su calidad estética, sino por cierta manera de ver a la fotografía como una herramienta simbólica, llena de dobles o aún múltiples significados. Es importante también por que desvía nuestra atención de la anécdota para llevarnos a una reflexión siempre más trascendente, lejos de la solución fácil, del drama o de la pulsión inmediata de lo impresionante.
A manera de cierre,
recurrimos a otras dos citas de Brito:
“Retrato a estos cuerpos
inermes buscando la soledad de la muerte y así trato de crear conciencia sobre
esta dura realidad y su enorme impacto social…”
“Sensibilización y
documentación, no creo ser provocador, mis imágenes dejan de ser sensacionalistas
para tornarse reflexivas”. [3]
[1] David
Polo. "ENTREVISTA CON ENRIQUE METINIDES, EL MAESTRO DE LA FOTO POLICIACA
Más información: http://cuartoscuro.com.mx/2016/02/entrevista-metinides/[/url]
Copyright © Cuartoscuro.com 2014.. "Cuartoscuro. 2016. Cuartoscuro. 2016
http://cuartoscuro.com.mx/2016/02/entrevista-metinides/.
[2] Perla
Pascual. "Fernando Brito, el lado artístico y elegante de la fotografía de
nota roja . "Al momento. 2016. Al momento. 2016
http://www.almomento.mx/fernando-brito-el-lado-artistico-y-elegante-de-la-fotografia-de-nota-roja-fotos/
.
[3] Monica
Maristain. "Fernando Brito, el fotógrafo mexicano que recupera en el
paisaje el paso perdido de nuestros muertos. "sinembargo.mx. 2016.
sinembargo.mx. 2016 http://www.sinembargo.mx/16-06-2013/655876.